viernes, 28 de diciembre de 2012

2013 entra en escena

Dicen los supersticiosos que romper un espejo, pasar por debajo de una escalera o llevar alguna prenda de color amarillo da mala suerte. También se aventuran a decir que el número 13 lleva impregnada la mala fortuna. Tal es así que algunos ilustres personajes lo han llevado al extremo, como el caso de Ángel Nieto con su triscaidefobia -miedo irracional al número 13- y sus famosos '12+1' títulos mundiales en las máximas categorías del deporte de las dos ruedas. Respetable, sin duda, pero para nada aplicable durante los 365 días que comenzarán a partir del día uno de enero, momento en el que dará el pistotelazo de salida el año 2013.

En tres días se iniciará, casi con total seguridad, uno de los años más difíciles y duros que tendremos que pasar a lo largo de nuestras vidas. Con unos niveles de desempleo por las nubes y que no hacen más que acrecentarse, con las arcas públicas tiritando acorde al invierno que acabamos de recibir, con una sanidad "pública" que se ha copagar desde enero, con unos índices altísimos de abandono escolar -en donde poseemos el dudoso honor de ser los primeros en el fracaso académico de nuestros jóvenes- y con una enorme corruptela dentro de la clase política y económica, no se puede aventurar un panorama más negro.

Sin embargo, me considero un optimista por genética y coincido con un tweet publicado por Rajoy. Era simple, una sola palabra, pero claro y directo: " ". Puede parecer irónico, e incluso irritante, como alguien que está realizando políticas que hunden más y más en el pozo a este país del sur de Europa publique algo así. No discuto eso. Me refiero al concepto en sí.

Para salir de estos difíciles momentos, me anticipo unos días y escribo la carta a los Reyes Magos, pidiéndoles un sólo regalo, no soy avaricioso. Solo pido una cosa: UNIDAD. Este país requiere la unidad de sus ciudadanos, dejar de un lado las ideologías -no eliminarlas, ese no es el asunto, dado que una democracia se alimenta de la variedad de ideologías- y centrarnos en, como diría Unay Emery, ex del Valencia, "remar, y remar, y tira, y tira...". Lógicamente  esto se ha de ver representado por una unidad política de los partidos y asociaciones que dejen de lado disputas absurdas y se centren en los verdaderos problemas de la sociedad, como son eliminar la corrupción dentro de las esferas políticas que tanto daño hacen a las arcas públicas y asegurar el Estado del Bienestar, con en el que toda persona tenga derecho a unos mínimos para garantizar una calidad de vida decente.

Si los magos de Oriente me regalasen este presente, estoy convencido que el tweet del presidente del Gobierno sería un hecho. Por si acaso no me lo conceden, si alguien comparte mi deseo, que pida en su carta lo mismo que hago yo. Porque mucho mejor unidos,  ¿No?.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Aferrados a la suerte

Un grupo de personas hace cola para comprar un décimo de lotería en la administración  Doña Manolita | El País
Cualquier persona que en Noviembre -a más de un mes de Navidad- pasase por la madrileña calle del Carmen, podía observar como decenas de personas formaban una desordenada e ilusionada fila para adquirir un décimo en la famosa administración de lotería de Doña Manolita. Pues bien, ayer 6 de diciembre, a 16 días del sorteo, esa fila triplicaba el número de personas que la componían.

El Sorteo Extraordinario de Navidad del día 22 de diciembre es un clásico en nuestro país. Se podría calificar como el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas. Ese día, millones de personas de todos los rincones de España centran su atención en el madrileño Colegio de San Ildefonso con la ilusión de ser los agraciados y conseguir el Gordo de Navidad -el premio más alto del sorteo, el otro llega a nuestras casas la noche del 24, en Nochebuena-.

Tonterías aparte, es destacable como el número de décimos y participaciones se ha vendido de una forma precoz y bastante veloz en nuestro país. Un ejemplo claro se produjo a principios del mes de septiembre en las localidades valencianas de Cullera, Sueca, Chiva y Utiel, en las que las administraciones de lotería de dichas poblaciones estaban desbordadas y se vieron obligadas a adquirir una abultada remesa de décimos dada la enorme demanda por parte de los habitantes.

El motivo de esta estratosférica demanda es claro: la crisis económica. En tiempos de recesión y debilidad económica, los juegos de azar aumentan. Sin dejar nuestro país, podemos comprobar como la etapa de mayores ventas de la Lotería Nacional desde su fundación con el reinado de Carlos III fue en la posguerra durante los años 40. Con casi seis millones de españoles en paro, me atrevería a decir sin titubear que el aumento de este número de ventas se debe a las compras por parte de estos ciudadanos en situación de desempleo. Buscan conseguir un premio, por pequeño que sea, para hacer frente a algunas situaciones precarias que por desgracia son muy habituales en los últimos meses en España.

Si la suerte es justa y sabia a partes iguales, los grandes premios tocarán de una forma equitativa y repartida entre aquellos que necesitan el dinero como agua de mayo. Deudas, hipotecas, letras de bienes... son muchos los cargos a los que tienen que hacer frente estas personas. Sin embargo, el 22 de diciembre si volverán a ser niños,volverán a creer en la magia por Navidad aunque sólo sea por unas horas. Ese día, miles de personas se aferrarán a la suerte.

Johan Fernández y María José Posligua, niños de San Ildefonso, cantan el Gordo de Navidad del 2011 | HOLA